American Girl

viernes, 12 de febrero de 2010

Hace un tiempo publiqué una entrada sobre Baby Alive, aka la Comiditas, y sus nuevas modalidades étnicas. Si bien este asunto llamó mi atención, recientemente visité una tienda de muñecas que se llama American Girl y quedé perpleja. La que yo visité está en Chicago, aunque parece que hay algunas más en otras ciudades importantes de los E.E.U.U.
Esta tienda vende muñecas al estilo Nancy o Juanita Pérez (qué tiempos aquellos) que se supone representan a la niña estadounidense. Así, tienen un set de ocho "muñecas históricas" que los dueños de la marca consideran icónicas de las diferentes etapas de la historia de E.E.U.U. Otra opción escomprar una muñeca al gusto, y para ello hay una gama de colores de pelo, ojos, y piel, con pecas, sin pecas, rizada o de pelo liso.
¡Qué bonito a primera vista! El problema que encuentro con este tipo de productos es que terminan siendo más prescriptivos que descriptivos. Es decir, más que describir la variedad de niñas en E.E.U.U., marcan modelos de cómo deberían ser esas niñas, y cómo debemos percibirlas.
Para muestra un botón. Estaba yo viendo el escaparate de una de las "muñecas históricas" que lleva el nombre de Josefina Montoya. Es esta supuestamente una niña hispana de Nuevo México en los 1820s - ojo, que el modelo de niña hispana es de hace muuuuucho tiempo, de los "originales" pobladores del sureste de E.E.U.U./noreste de México, no la niña de un mojado cualquiera. En fin, sucedió que había junto a mí una niña india (de la India) con su madre. Estaban también el padre y un bebé, y todos iban a comprar la muñeca de la niña. La niña tendría unos cinco años y quería comprar a Josefina Montoya, con su piel morena clara, ojos y pelo oscuro. La mamá quería que comprara otra con el pelo claro y ojos verdes vestida de pionera. La niña tenía, como Josefina, piel morena clara, pelo oscuro y unos ojotes negros. Obviamente, la niña quería la muñeca que se parecía más a ella. La mamá quería la muñeca blanca. La niña dijo que quería esa, la muñeca india, pero la mamá le dijo: esa muñeca no es india. No hay muñecas indias. Entonces la niña recurrió a la estrategia emocional: pero esa es la que yo realmente quiero. Me aparté de la escena porque era triste.
Al rato veo pasar a la madre con la niña y una caja. ¿Qué muñeca compraron? La blanca vestida de pionera.
¿Por qué hacemos esas cosas? ¿Por qué esa mamá está forzando a su hija a pensar que la muñeca blanca es más bonita? Encima de todo, le mete la idea de que aunque la muñeca Josefina se parece a ella, en realidad no, porque no es india, sino mexicana. La niña ve una muñeca morena, como ella, y se emociona, pero la madre le dice que no, que ni es india ni su vestido está bonito, y ya que van a gastar dinero, es mejor que compren una muñeca más bonita. Dios mío, qué espantoso... y como ese vi varios ejemplos. Esa tienda tiene algo de maléfico.

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